¿Qué son? y cuál es su beneficio
Las bujías entran en juego encargándose de suministrar la chispa de encendido para que se inflame el carburante dentro de la cámara de combustión. Pero no es la única función que realizan: también se ocupan de aliviar el calor que se genera en la cámara de combustión hacia el sistema de refrigeración.
Para que las bujías operen correctamente deben cumplir varios requisitos:
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No deben ceder a los niveles de presión, para impedir que pasen los gases del interior del cilindro al exterior, es decir, son componentes estancos.
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Deben ser soportar los hidrocarburos y ácidos propios de la combustión manteniendo el aislamiento eléctrico debido a su resistencia térmica, mecánica y eléctrica.
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Es necesario que mantengan una temperatura estable durante su funcionamiento, entre los 500ºC y los 900ºC, adecuando su graduación térmica a la necesidad del momento.
Cuando reciben el voltaje suficiente de la bobina de encendido, las bujías han de ser capaces de proporcionar un arco de corriente óptimo entre los electrodos. Así se provocará una chispa con intensidad y duración suficientes para inflamar la mezcla aire y combustible dentro de los cilindros.